LA
CRISIS ECONOMICA LE IMPIDE RECUPERARSE DE LAS PERDIDAS DE 2018.
Suspendió las operaciones de su planta en la provincia de Buenos Aires. Para evitar despidos, reubicó al personal en la fábrica de harina y polenta.
En San Pedro, Arcor cuenta con dos unidades productivas. Una de ellas es la destilería de alcohol que el grupo compró en 1979, desde la cual provee a otras industrias, como perfumería y bebidas espirituosas, dos rubros que registraron fuertes caídas de ventas por la retracción del consumo masivo.
Según el último reporte de Arcor a la Bolsa de Comercio, el año pasado sus ventas globales sumaron $85.600 millones y representaron un resultado negativo de $1.010 millones. La caída de ventas, la devaluación y las altas tasas de interés se combinaron para afectar los resultados, un escenario del que no escaparon otras alimenticias de primer nivel como, por ejemplo, Molinos Río de la Plata y Mastellone, que informaron pérdidas en 2018 de $1.700 y $1.900 millones, respectivamente.
“En un año de caída general de consumo en casi la totalidad de los mercados de alimentos en la Argentina, las ventas del negocio reflejaron una leve caída de los volúmenes totales comercializados; de igual forma se destaca el buen desempeño en el mercado interno que tuvieron las ventas de jugos en polvo, tomates, polentas, conservas de fruta y aceite”, detalló el informe de Arcor. En el rubro “Alimentos”, las ventas de 2018 sumaron $7.588,3 millones, mientras que en 2017 habían sido de $8.173 millones, con una caída interanual del orden del 7,2%.
Otro segmento donde Arcor pisa fuerte, “Golosinas y Chocolates”, también registró en 2018 un nivel de ventas inferior al de 2017. En este caso el retroceso fue del 2,5%.


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