martes, 3 de noviembre de 2015

Entregan los premios Golden Brain

El columnista de Adlatina reflexiona sobre la distinción que otorga la Fundación Atacama a personalidades de la publicidad, el marketing y los medios, de extensa y reconocida trayectoria tanto profesional como personal. Y realiza una breve reseña de quienes serán reconocidos este año: Mónica Alvarez, Luis Puenzo, Antonio Barreiro y 'Pelusa' Suero.



“Los Golden Brain crecieron y fueron ganando prestigio al mismo ritmo que lo hacía la publicidad”, dice Borrini. En la foto, un afiche de vía pública anunciando el premio.


El próximo 4 de noviembre serán entregados los Golden Brain 2015, en el curso de una ceremonia que tendrá lugar, a las 18, en los salones de la Universidad Abierta Interamericana, San Juan 983, Capital Federal. En el mismo acto serán premiados también  los ganadores de los Promise Brain, que premia y estimula la creatividad de la juventud universitaria de carreras afines.

Los cuatro nuevos Golden Brain recayeron en otras tantas personalidades de la publicidad, el marketing y los medios, de extensa y reconocida trayectoria tanto profesional como personal, a saber: Mónica Álvarez, Luis Puenzo, Antonio Barreiro y “Pelusa” Suero.

La sola mención de estos nombres exime de mayores comentarios, acaso con la excepción de los que, conociendo la prosapia de los premios conferidos por la Fundación Atacama desde 2004, no se explican cómo, dados sus méritos, se haya tardado tanto en reconocérselos.

Pero en rigor la razón de esa aparente demora reside en que los Golden Brain crecieron y fueron ganando prestigio al mismo ritmo que lo hacían la publicidad, el marketing y la comunicación comercial e institucional.

Los primeros en recibirlo, cuando aún no eran conocidos como Golden Brain, fueron Alberto “Tito” Scopesi, uno de los que tuvo la iniciativa; Rogelio Pianezza, Norberto Pérez Valverde y Raúl Eijó.
Aquella primera camada de “cerebros dorados” ya mostraba una ecuación profesional de publicitarios y hombres de medios, que se fue enriqueciendo con el paso del tiempo y la extensión sociocultural cobrada por la publicidad y el marketing. Me tocó se parte de la segunda serie, en la que tuve el gusto de acompañar a grandes amigos como Juan Carlos Colonnese, Eloísa Fernández y Pedro Simoncini.

Diez años después, el cuerpo de premiados ronda los cuarenta, entre los que me permito mencionar, a riesgo de cometer una flagrante injusticia, que no sería la primera, a ilustres publicitarios como Marcos Golfari, Héctor Del Piano, Javier Capalbo, Raúl Salles y Miguel Daschuta, que alguna vez fueron titulares de las mayores entidades publicitarias; consultores como Miguel Ritter, Jorge Irazu, Horacio Diez y Mary Teahan; grandes anunciantes como Luis Mario Castro, María Marta Llosa, Luis O. Ibarra Garcia y Luis Melnik; hombres de medios como José Luis Escribano, José Luis d’Amato, Jorge Martínez y Alberto Gollán.

La particularidad de los Golden Brain es que los premiados integran un grupo que los responsables de la Fundación Atacama, Daniel Castaldo y Gustavo Brizuela, se ocupan de mantener unido y en contacto permanente con el premio, a través de reuniones mensuales. En conjunto, conforman un gran jurado que tiene la responsabilidad de designar a los que van incorporando cada año.

Creo que a esta altura cabe presentar sumariamente a los que dentro de unas semanas recibirán los Golden Brain 2015. Creo son muy pocos, si los hay, que aquilaten el conocimiento y la experiencia en medios de Mónica Alvarez, al menos en su aspecto publicitario. Fue la responsable del área en  J. Walter Thompson durante varias décadas, antes de llegar a la vicepresidencia de la agencia; luego ocupó importantes cargos en otras organizaciones antes de ser una de las elegidas para recibir, recientemente, la distinción Woman to Watch.

Antonio Barreiro fue el cerebro de marketing de Casares Grey desde que acompañó a Hugo Casares a fundar su propia agencia en 1969, y luego de Grey, a lo largo de décadas.

Luis Puenzo, junto con el mago de las voces Suero, son los más conocidos por la opinión pública. Como director de cine publicitario, Luis inauguró la larga estela de especialistas reconocidos en todo el mundo. Pero como si esto no alcanzara, trasbordó al largometraje y ganó, con La historia oficial, un Oscar a la mejor película de idioma extranjero, en 1986, antes de destacarse en Hollywood con Gringo viejo.

“Pelusa” es un mago de la voz. En su larga carrera de locutor y comediante, grabó las voces de cientos de comerciales televisivos, y se encargó de hacer hablar a grandes personajes de la animación argentina como Larguirucho, Neurus y Pucho. Nadie sabe si con su propia voz, desconocida para el público en general, o con la de algunos de los personajes que encarnó, recibirá el Golden Brain que distingue su carrera.

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